“Menos pega y poca paga: Efectos de una Economía Desacelerada”

Columna de opinión del Subsecretario del Trabajo, Francisco Javier Díaz, publicada hoy en el Diario Publimetro

En materia de empleo, la autocomplacencia nunca es buena consejera. Si el norte de verdad es el llamado “trabajo decente” definido por la OIT, no tiene asunto auto felicitarse por alguna cifra ni por un promedio, cuando lo que hay detrás de aquellas cifras y de aquellos promedios, son personas que muchas veces se encuentran en situación de vulnerabilidad o de pobreza.

Para el Ministerio del Trabajo, la creación de empleo es prioridad fundamental. Nos parecen positivas las recientes cifras de empleo para el trimestre móvil febrero-marzo-abril 2014, donde se registró una tasa de desempleo de 6,1%, lo que representó una caída de 0,4% respecto del trimestre móvil anterior y de 0,3% respecto de la tasa en doce meses. Siempre será mejor contar con bajo desempleo que con alto desempleo. Los números agregados siempre son útiles para analizar tendencias y activar alertas. Pero en materia de empleo y relaciones laborales, es deber del analista ir más allá de aquellas tasas y promedios.

¿Y qué dice el análisis respecto de lo que viene ocurriendo en los últimos trimestres que mide el INE? Que la desaceleración de la economía ocurrida durante el año 2013 y que se extiende durante los primeros meses de 2014, ha tenido repercusión, no directamente en la tasa de desempleo, como muestran las cifras antes señaladas, sino que en la calidad del empleo que se ha generado. La desaceleración de la economía que se arrastra desde el año pasado ha significado que se cree menos empleo asalariado, que ese empleo tenga menos protección social y que, incluso, ese empleo dure menos horas. Es decir, menos pega y poca paga.

El trimestre febrero-marzo-abril 2014 muestra que, en términos absolutos, se crearon tres veces más empleos por cuenta propia que empleo asalariado. Mientras el empleo asalariado creció en un 0,7%, el empleo por cuenta propia creció un 8.8%. Esta tendencia se aprecia ya por cinco mediciones consecutivas. Y crece significativamente más el empleo por menos de 30 horas semanales, en desmedro de la caída del empleo a tiempo completo.

Sabemos lo que estas cifras esconden: una realidad de trabajo frágil, sin contrato de trabajo, sin cotizaciones, de pocas horas a la semana. Y lo hace en claro desmedro del empleo asalariado. El desempleo sigue bajo, es cierto, se aplaude, pero a costa de una precarización que solo crece en el último año.

Por eso la preocupación del actual gobierno por crear empleo, pero que sean empleos de calidad. De ahí las distintas políticas que estamos implementando. Primero, si sabemos que el empleo es función del crecimiento económico, entonces implementar una agenda de productividad que apalanque un crecimiento sostenido y no tan expuesto a los ciclos económicos internacionales. Segundo, si sabemos que hay sectores a los que les cuesta más acceder al empleo y sobre todo, al empleo de calidad, trabajar con ellos. De ahí el programa “Más Capaz” que se ha lanzado recientemente, que aspira a capacitar en oficios a 450.000 mujeres y jóvenes. Y finalmente, si sabemos que persisten desigualdades en la relación entre empleadores y trabajadores, lo que tiene relación también con el nivel de las remuneraciones, está la agenda laboral del gobierno que propondrá reformas importantes en materia de sindicalización, negociación colectiva y derecho a huelga efectiva.

Bienvenido el debate acerca de empleo. Pero sin negarse a analizar la realidad que hay detrás de las cifras, porque detrás de cada promedio auspicioso, hay muchos trabajadores y familias en condiciones de vulnerabilidad que merecen nuestro respeto.

Nota en Publimetro

Subsecretario Díaz en Publimetro