Nuestra visión y compromiso a futuro es, sin duda, un gran desafío, especialmente para alcanzar la meta de erradicar definitivamente las peores formas de trabajo infantil en Chile al 2015. Para lograrlo, es necesario avanzar simultáneamente y complementariamente en dos estrategias; por una parte, necesitamos sostener y ampliar la oferta pública con el fin de generar soluciones y alternativas de apoyo a las familias de niños trabajadores y por otra, abocar todos nuestros esfuerzos para lograr fortalecer y multiplicar las acciones en el ámbito local para forjar un cambio cultural profundo en la ciudadanía, para desnaturalizar el trabajo infantil y garantizar el derecho de cada niño y niña chileno a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social.